lunes, 8 de marzo de 2010

viernes, 17 de julio de 2009

lunes, 29 de junio de 2009

Dulce-Persona le había regalado a Bajo-el-Signo-de-Saturno una colección de cajas de distintos tamaños, colores y tipos para que guardara en ellas sus recuerdos. Apiladas en el rincón de su habitación no se atrevía ni siquiera a mirarlas. Le parecía de mal gusto revisar, clasificar, administrar, discriminar, contrastar, precisar, separar, reorganizar, estructurar, sustituir, la memoria. La habitación en la oscuridad y los contornos desdibujados de puertas y ventanas que resaltaban sobre la claridad los vapores que subían de la calle, en la intimidad de la noche, conformaban un verdadero teatro de sombras. En un comienzo Nuestro Aturdido Personaje era incapaz de reconocer que los fantasmas que circulaban en aquellas paredes corroídas, eran producto de su propia imaginación. Durante mil y una noche- Bajo-el-Signo-de-Saturno atribuía su esquizofrenia a la reconstrucción de un único momento. Sus amigos estaban realmente preocupados. No era la interpretación de una pelicula expresionista la que estaba llevando a cabo, sin embargo las constantes muecas, gestos, vocablos, dichos y tics nerviosos en más de una ocasión hicieron sentir a sus comensales como personajes secundarios de una película de Wiene, Murnau, Herzog o Welles en sus peores momentos. La diferencia, aquí no habían grandes directores de cine ni personajes interpretando papeles como marionetas. Si no que los hilos con que se movía, en tanto que rizoma o multiplicidad, remitían a una multiplicidad de fibras nerviosas que forman a su vez otra marioneta según otras dimensiones conectadas con las primeras: Me explico. Bajo-el-Signo-de-Saturno era hiper-sensible a ciertas melodías, Imágenes, aromas y sabores. Cada sensación lo remitía a un momento muy particular de su vida. ¿Cómo guardar todo aquello en cajas? ¿Cómo seleccionar las vivencias nocturnas que venían a visitarlo con más vida que la suya?









sábado, 27 de junio de 2009



El corazón Tu-ri-ru-ri sabía que no necesitaba de La aprobación del padre. Pero ¿Podía juzgar a su amiga-Locura- quien había tomado por opción los caminos del deseo? Es evidente que cuando son 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10... los que andan en un mismo cuerpo, las cosas pueden tornarse un poco dificiles. Pero para ser sinceros el corazón Tu-ri-ru-ri no necesitaba de Locura. Sin embargo, habían sido tantos los Tic-Tac, las Idas y Venidas de Angustia existencial en Esta Historia, que ni siquiera los chocolates y cartitas que en otrora había tenido la gentileza de ir a dejarles Dulce-Persona a sus queridos-as amigos-as, habían logrado suavizar sus asperezas. Era indudable que tanto Locura como el Corazón Tu-ri-ru-ri necesitaban un descanso. Era inevitable que ambos se extrañaran.

miércoles, 17 de junio de 2009

domingo, 26 de abril de 2009

Buen-Amante-Corazón-de-otra


Buen-Amante-Corazón-de-otra había subordinado a Locura-de-Amor a una superficie de placer. Los indicios-apariciones-marcas-huellas-olores-emanaciones que este personaje dejo circunscritos sobre el cuerpo de Locura-de-Amor generaron en ella, en una desmesura fantásmatica, una tristeza sin igual. Los caminos del deseo de Buen-Amante-Corazón-de-Otra no habían considerado el corazón TU-RI-RU-RI que Locura con tantas ansias quiso entregarle. El corazón TU-RI-RU-RI en un intento de que Locura-de-Amor pudiera no tan sólo ser La-Lectorcita-de-Novelas-Eróticas, sino también una protagonista, en un acto de solidaridad acompañado por Don-Adventus, Angustia-Existencial y Bajo-el-signo-de-Saturno, fue a dembular por los peores vericuetos nunca antes vistos; y como el conocido juego de las cajas japonesas, la una alojada en la otra, sintio su insignificancia de ser un signo, en estás lógicas, vacío. Sin embargo, más temprano que tarde Locura (ahora a secas) se daría cuenta que ella tan sólo era para Buen-Amante-Corazón-de-Otra, en el sintagma de los cuerpos, una protuberancia de la vulgaridad, un desplazamiento de la repetición de otros cuerpos que a él poco o nada le importaban. Locura comenzó a extrañar su corazón TU-RI-RU-RI.