Buen-Amante-Corazón-de-otra había subordinado a Locura-de-Amor a una superficie de placer. Los indicios-apariciones-marcas-huellas-olores-emanaciones que este personaje dejo circunscritos sobre el cuerpo de Locura-de-Amor generaron en ella, en una desmesura fantásmatica, una tristeza sin igual. Los caminos del deseo de Buen-Amante-Corazón-de-Otra no habían considerado el corazón TU-RI-RU-RI que Locura con tantas ansias quiso entregarle. El corazón TU-RI-RU-RI en un intento de que Locura-de-Amor pudiera no tan sólo ser La-Lectorcita-de-Novelas-Eróticas, sino también una protagonista, en un acto de solidaridad acompañado por Don-Adventus, Angustia-Existencial y Bajo-el-signo-de-Saturno, fue a dembular por los peores vericuetos nunca antes vistos; y como el conocido juego de las cajas japonesas, la una alojada en la otra, sintio su insignificancia de ser un signo, en estás lógicas, vacío. Sin embargo, más temprano que tarde Locura (ahora a secas) se daría cuenta que ella tan sólo era para Buen-Amante-Corazón-de-Otra, en el sintagma de los cuerpos, una protuberancia de la vulgaridad, un desplazamiento de la repetición de otros cuerpos que a él poco o nada le importaban. Locura comenzó a extrañar su corazón TU-RI-RU-RI.